POETRIA MINOR
un hermano menor, pero ruidoso e inquieto,
que quiere salir a jugar...
Abrimos esta sección de poetas jóvenes y desconocidos (algunos, aun para sí mismos), que decidió retoñar de las entrañas del gigante CAPANEO, alimentándose de su POETRIA MAIOR.
Poetria, para que puedan darse cita los ejercicios de creación y traducción poética de los amigos.
"Minor", como un gesto de reverencia conmovida que hacemos hacia los grandes poetas (porque reconocemos la grandeza), pero no menor en dignidad, porque surge del mismo palpitar humano del corazón.
Un seminarium, un "semillero": una escuela de poetas y traductores...
Para cuidar a los hermanos menores.
Revista Universitaria El Capaneo
MANIFIESTO POR LA RAZÓN Y LA LIBERTAD EN LA UNIVERSIDAD
Con su discurso, Benedicto XVI ha querido relanzar, de modo brillante y apasionado, «la responsabilidad propia de la razón», la «tarea de mantener despierta la sensibilidad a la verdad». «El peligro del mundo occidental –por ceñirnos a éste – estriba hoy en que el hombre, precisamente debido a la grandeza de su saber y poder, abandone la cuestión de la verdad. Y ello significa al mismo tiempo que la razón, al final claudica ante la presión de los intereses y la atracción de la utilidad, y ésta se convierte en criterio último».
Estas afirmaciones del Papa resultan profundamente pertinentes a nuestra experiencia. Reconocemos en ellas una defensa consciente y vigorosa de esa amplitud y hondura de la razón, y de esa libertad de investigación y debate, que consideramos esenciales para el ejercicio de nuestra responsabilidad como docentes, para el presente y el futuro de la universidad, y por tanto, para nuestra convivencia y civilización.
La Asociación para la Investigación y la Docencia “Universitas-Argentina” y Comunión y Liberación Universitarios, adhieren a la campaña ecuménica que se realiza a través de http://www.appellouniversita.net/ y que se está desarrollando en varios países con motivo de lo sucedido en la Universidad de “La Sapienza” de Roma.
universitas_argentina@yahoo.com.ar
COMUNIÓN Y LIBERACIÓN UNIVERSITARIOS
El Capaneo. el.capaneo@gmail.com
Encuentro: la dinámica que mueve la historia
“Mientras que todo un aspecto del mundo está gobernado por un desarrollo mecánico cuyas leyes se pueden barruntar y descubrir, su aspecto más típicamente humano –aquél en que entran en juego la libertad, la intuición y el amor– está todo él movido por una sucesión de encuentros aparentemente casuales, como si obedecieran a una irracionalidad intraducible en leyes. Y, sin embargo, precisamente es esto lo que crea la historia humana, la dinámica humana dentro de la evolución cósmica.
La palabra «encuentro» implica, en primer lugar, algo imprevisto...
... cada encuentro es único, las circunstancias que lo determinan no se repetirán ya de ese mismo modo ...
El acontecimiento revelador inicial en la historia del reino de Dios es precisamente un encuentro.”
L. Giussani. El camino a la verdad es una experiencia
Dvořák: el vals insistente del deseo de la vida
Serenata en mi mayor, opus 22.
Segundo movimiento: Tempo di valse
"Cuerpos y Almas" de Maxence Van der Meersch
“-Sí. Ya no se cree en nada, el mundo se le ha revelado a usted como un caos azaroso, en el camino sólo se encuentra egoísmo, egoísmo de ambición, de dinero, egoísmo de familia, egoísmo de amor…Uno se siente seguro de la vacuidad de todo y súbitamente, se encuentra en su camino a alguien, un rostro humano, una sinceridad, una rectitud, una abnegación que resucita el enigma, que plantea de nuevo el problema, todo el problema de nuestro destino.”
Olivier Guerran
En esta cita se resume el hilo primordial de esta magnífica obra. Su autor, Maxence Van der Meersch, vivió en Francia durante la primera mitad del siglo 20. Maxence nos inserta sin censuras en la sociedad francesa de 1920 para provocarnos con una multitud de preguntas :
¿Dónde encontramos la Verdad? ¿Existe un camino? ¿En qué debemos creer? ¿En donde radica la belleza de la vida?
El drama constante es, sin duda, fiel reflejo de la propia vida de Maxence. De pequeño se vio enfrentado al horror de la guerra en su tierra natal; ya joven, tuvo que distanciarse de su padre por enamorarse de Thereze, una chica francesa de origen humilde, quien será no sólo su esposa, sino además la inspiradora de muchas novelas; y, luego, la impotencia frente a la tuberculosis que padeció Thereze.
El problema del hombre y su destino es descrito a través de las vidas de Jean, Michel, Mariette y Fabienne Doutreval, una importante familia de médicos de Angers (Anjou, Francia). Cada uno irá forjando un rumbo diverso a la par de sus elecciones personales. Aunque la descripción de las intervenciones quirúrgicas, realista hasta la crudeza, puede acaparar nuestra atención, la gran protagonista es la dimensión moral y espiritual de los personajes. El quirófano es, de hecho, el escenario en donde se juega todo el drama de la conciencia que tiene cada uno del significado de la vida.
El problema del destino personal es la cuestión de este libro: ¿cuál es la naturaleza del deseo que nos constituye? ¿Qué certeza puede darle consistencia definitiva a nuestro camino? ¿Qué puede colmar nuestras ansias?
“Tú has elegido el mejor camino”, le dice Jean Doutreval a su hijo. ¿Cuál será?
The Doctor (1887)

Después de las Elecciones
¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
Silvio Rodríguez
Vivimos una semana de elecciones. ¿Nos basta quedarnos en el “ganó tal” o en el “tal sacó tanto porcentaje”? Parece faltarnos una pregunta ¿y yo qué saqué? Sobre todo para los que “militamos” –sólo apoyando a un partido en nuestro caso– haciendo malabarismo entre finales, parciales y el trabajo, todo ese esfuerzo no puede haber sido sólo para lograr sumar algunos votos. Sea que hayamos ganado o no. Más aún si no ganamos, ¿para qué lo hicimos? ¿Para qué arriesgamos una materia o simplemente dimos el tiempo en el que estaríamos haciendo mil otras cosas? Si no hacemos el trabajo de pensar en esto, las cosas pasan, y se van, y no nos vuelven ni siquiera un poco más hombres.
Para nosotros repartir un volante fue, primero, decir quiénes somos, que estamos heridos por una Belleza –como cuando uno se enamora y está lleno de la mirada del que ama–, que nos hizo y nos hace ser amigos y nos lanza a querer vivir todo a ese nivel. Y nos lanza, por tanto, a querer que la facultad sea no un lugar de paso sino nuestro lugar, donde todo lo que soy y deseo se pone en juego. Es decir, donde se ayude a que nos apasione mil veces más aquello por lo que uno empezó su carrera, donde se posibilite estudiar y se favorezcan tanto las condiciones materiales –desde las aulas y la biblioteca hasta los baños– como las relaciones humanas y académicas entre estudiantes y profesores. Un lugar habitable.
Segundo, fue un momento donde nos encontramos con otros estudiantes, queriendo conocer sus preguntas, incertidumbres y esperanzas. Así, ese momento de dar el volante se hizo único y cobró un valor eterno. Nos sorprendimos de ver que sus preguntas son las nuestras y que muchos también esperan vivir la facultad como nosotros queremos.
En este último tiempo, el escepticismo que vivíamos en relación con la política se había transformado en esperanza. Después de esta semana se convirtió en urgencia: no podemos esperar a que estén en el centro o en el consejo los que queríamos o votamos para que las cosas cambien. Queremos que la facultad sea un lugar así AHORA.
La política se vuelve interesante cuando demuestra que puede hacer que las cosas cambien, más allá de quien esté de turno. Cuando demuestra que lo que yo quiero, necesito y me interesa tiene cabida. Cuando nos lanza en nuestras iniciativas. Cuando lucha no sólo por problemas nacionales y mundiales, sino antes que nada por responder a necesidades concretas que tengo yo o el que estudia conmigo. Sólo así la política puede volver a atraernos.
Terminamos la semana reconociendo: ganamos. No por tener un puesto en el consejo o alguien en el centro, sino porque nos jugamos por lo que nos interesa y esto nos dio el impulso para querer comenzar un camino que es un desafío: dejar de hablar y empezar a hacer, porque como dice T. S. Eliot en los Coros de "La Roca": “Si los hombres no edifican/ ¿cómo vivirán?”. Lo mismo se puede preguntar cada uno: ¿Si no construyo, cómo vivo?
Por ejemplo, a partir de la herida de Belleza de la que hablábamos, a uno de nosotros se le ocurrió hacer un ciclo de música clásica que empieza el miércoles. Para que todos vibren como vibramos nosotros delante de algunas obras. Esto, sin embargo, no nos basta. Nos damos cuenta de que no podemos dar respuesta a todas nuestras necesidades solos, y entonces nos juntamos con los que percibimos que tienen estas inquietudes para llevar a la acción propuestas realizables.
Por eso te proponemos empezar a SER el “centro” de estudiantes, porque éste está hoy y estará mañana, allí donde algunos estudiantes estén inquietos y usen su creatividad en pos de iniciativas realizables y, por sobre todo, que respondan a problemas concretos. El centro de estudiantes podemos ser todos los días cada uno de nosotros.

Cinthia (Letras)
Belén (Filosofía)
Nicolás (Historia)
Marcos (Letras)
Cecilia (Cs. Educación)
Buenos Aires
comuniónyliberacion@gmail.com
Thomas S. Eliot

The river flows, the seasons turn,
The sparrow and starling have no time to waste.
If men do not build
How shall they live?
When the field is tilled
And the wheat is bread
They shall not die in a shortened bed
And a narrow sheet. In this street
There is no beginning, no movement, no peace and no end
But noise without speech, food without taste.
Without delay, without haste
We would build the beginning and the end of this street.
We build the meaning:
A Church for all
And a job for each
Each man to his work.
(Choruses from ‘The Rock’, 1936)
El río corre, las estaciones vuelven,
el gorrión y el estornino no tienen tiempo que perder.
Si los hombres no construyen,
¿cómo vivirán?
Cuando el campo está labrado
y el trigo es pan,
no morirán angostados en su lecho,
bajo una sábana estrecha. En esta senda
no hay comienzo, ni movimiento, ni paz, ni fin,
sino ruido sin palabra, alimento sin gusto.
Sin demoras, sin apuros
construiríamos el comienzo y el fin de esta senda.
Construimos el sentido:
una Iglesia para todos
y un trabajo a cada uno.
Cada uno a su trabajo.