POETRIA MINOR

O "Los Poetas Menores" de El Capaneo:
un hermano menor, pero ruidoso e inquieto,
que quiere salir a jugar...


Abrimos esta sección de poetas jóvenes y desconocidos (algunos, aun para sí mismos), que decidió retoñar de las entrañas del gigante CAPANEO, alimentándose de su POETRIA MAIOR.

Poetria, para que puedan darse cita los ejercicios de creación y traducción poética de los amigos.

"Minor", como un gesto de reverencia conmovida que hacemos hacia los grandes poetas (porque reconocemos la grandeza), pero no menor en dignidad, porque surge del mismo palpitar humano del corazón.

Un seminarium, un "semillero": una escuela de poetas y traductores...
Para cuidar a los hermanos menores.


Revista Universitaria El Capaneo




MEMORIA: el conocimiento afectivo

Elogio del aprendizaje de memoria

Suele escucharse decir que aprender de memoria no es buen consejo a la hora de estudiar. Creo, en cambio, que es un paso muy importante a seguir porque sirve para profundizar bien el objeto de estudio. Debe aclararse que se suele aprender de memoria para exámenes de diversa índole como quien sortea obstáculos, valiéndose de la aptitud que tenemos en la memoria para poder finalmente aprobar el examen. Conseguido esto, generalmente se olvida con el tiempo lo que la mente retuvo. Para el caso son útiles -como sabemos- las mnemotecnias que nos permiten retener lo aprendido por más tiempo.

Sin embargo, hay que aprender de memoria. Pero en este ejercicio de retención en la mente, se debe volver periódicamente para recordar lo aprendido, como se riega una planta para darle vida. Sólo que el período de riego será distinto según la memoria de cada persona. Hecho esto, se mantiene en la mente lo aprendido y es un bagaje cultural y un tesoro personal que nos pueden ser útiles en cualquier momento. Ya decía Dante en su Commedia que no se hace ciencia habiendo entendido sin retener[1], visto que podemos entender varias cosas, pero si no las retenemos, luego es probable que las olvidemos.

Una ventaja importante que comporta el aprendizaje de memoria de un hecho científico, mediante la experiencia racional de la vida, es que damos con el conocimiento, lo que puede ser llamado “episteme”. Ésta suele ser contrapuesta en la filosofía platónica a la “doxa”, que puede ser traducida como “opinión”. Éste es el enfoque epistemológico en relación a la memoria, la cual puede ser un camino fructífero para aprender. Y más aún cuando producimos conocimiento. Objetivo por antonomasia de la ciencia.

En inglés aprender de memoria se dice to learn by heart y en francés apprendre par coeur. Son expresiones idiomáticas. Y las señalo por la curiosidad de la presencia de la palabra “corazón” (heart y coeur). De alguna forma lo aprendido de memoria es por un motivo que en estas dos lenguas en principio fue por corazón (by heart y par coeur). Bien puede ser una razón afectiva el móvil del aprendizaje de memoria. Y esto los hablantes de inglés o de francés ciertamente no lo piensan hoy día cuando usan estas expresiones.

Ahora bien, el centro de la actividad racional como sabemos es la cabeza, pero en la Antigüedad Aristóteles situaba ese centro en el pecho, donde encontramos el corazón, que es motivo e instrumento de aprendizaje en las expresiones idiomáticas de las lenguas referidas. La relación me parece extraña, y a su vez, interesante porque muestra a las claras un comportamiento del ser humano ante la realidad. Y si nos detenemos en la palabra latina cor veremos que sus significados pueden ser tanto “corazón” como “inteligencia”, de manera que nos permite notar que la relación del conocimiento a través del afecto es evidente. Cor permanece en otras palabras de nuestro idioma tales como “a-cord-arse” o “re-cord-ar”. La relación aludida no nos resulta extraña ya que el hombre, tal como dice San Pablo en una de sus cartas, tiene el deseo de conocer (libido cognoscendi), y éste puede ser una forma de felicidad.


He encontrado una relación con respecto a la retención en la memoria de dos artes distintas, que son la música y la literatura. Con aquélla solemos retener las melodías que más nos gustan, y eso sucede sin que lo decidamos porque la mente retiene aquello que le gusta por estar escuchando con atención. Y en cambio, con la literatura, uno retiene los pasajes que más le gustan pero por una decisión. Creo que ambas artes son retenidas con más o menos conciencia, según el caso. A mí personalmente me ha pasado con poesía. Leyendo y releyendo el último canto del Paraíso de la Commedia de Dante noté con asombro que al cabo de varias lecturas y meditaciones algunos versos quedaban en mi memoria. Al principio quizá un par de versos, luego ya un terceto entero, luego otros más. Éste fue el motivo a que me decidiera a ir por más, y he aprendido todo el canto, que está compuesto por estrofas de tres versos. Los versos pares riman entre sí, y asimismo los impares, de manera que aprenderlos no resulta difícil. El genio de Dante se cuidó inclusive de estos detalles. La estructura de las estrofas es tal como si fueran anillos que engarzan unos con otros sucesivamente.

Ahora, en estos meses he aprendido poesías de Borges de memoria. El mejor hacedor poético de la lengua castellana[2]. Y luego de haber tenido esta experiencia con los dos poetas, puedo decir que es algo enriquecedor. Cada tanto vienen de improviso versos a la memoria cuando me pasa algo que estos versos poetizan. La melancolía, por ejemplo: “El hoy fugaz es tenue y es eterno; / otro Cielo no esperes, ni otro Infierno” en versos de Borges (poema “El instante”) por nombrar un caso.

El camino de la memoria hay que recorrerlo con paso decidido. Y las formas son muchas, como puede ser leer, hacer crucigramas u otras. Yo propongo la de aprender poesías de memoria, ya que la poesía puede ser alimento vital del alma, y porque no sólo de pan vive el hombre. Nuestra mente y la vida siguen siendo un misterio, y siempre lo serán. Ahondar en éste usando la memoria es una manera de afrontar la vida amorosamente, by heart.

Lucas Esandi

[1] Par. V, vv. 41-42: …non fa scïenza, / sanza lo ritenere, avere inteso.
[2] Así como Dante habla de Arnaut Daniel en Purg, XXVI, v. 117. como il miglior fabbro del parlar materno (“el mejor forjador del hablar materno”). Se refiere a los poetas en lenguas vernáculas y no en latín, que en caso de este famoso poeta es el provenzal. Dante en este pasaje metaforiza el arte de hacer versos con el herrero que forja versos con su arte y relumbran como el oro.