¿A dónde van las palabras que no se quedaron?
¿A dónde van las miradas que un día partieron?
¿Acaso flotan eternas, como prisioneras de un ventarrón?
¿O se acurrucan, entre las hendijas, buscando calor?
¿Acaso ruedan sobre los cristales, cual gotas de lluvia que quieren pasar?
¿Acaso nunca vuelven a ser algo? ¿acaso se van?
¿Y a dónde van? ¿a dónde van?
Silvio Rodríguez
Silvio Rodríguez
Vivimos una semana de elecciones. ¿Nos basta quedarnos en el “ganó tal” o en el “tal sacó tanto porcentaje”? Parece faltarnos una pregunta ¿y yo qué saqué? Sobre todo para los que “militamos” –sólo apoyando a un partido en nuestro caso– haciendo malabarismo entre finales, parciales y el trabajo, todo ese esfuerzo no puede haber sido sólo para lograr sumar algunos votos. Sea que hayamos ganado o no. Más aún si no ganamos, ¿para qué lo hicimos? ¿Para qué arriesgamos una materia o simplemente dimos el tiempo en el que estaríamos haciendo mil otras cosas? Si no hacemos el trabajo de pensar en esto, las cosas pasan, y se van, y no nos vuelven ni siquiera un poco más hombres.
Para nosotros repartir un volante fue, primero, decir quiénes somos, que estamos heridos por una Belleza –como cuando uno se enamora y está lleno de la mirada del que ama–, que nos hizo y nos hace ser amigos y nos lanza a querer vivir todo a ese nivel. Y nos lanza, por tanto, a querer que la facultad sea no un lugar de paso sino nuestro lugar, donde todo lo que soy y deseo se pone en juego. Es decir, donde se ayude a que nos apasione mil veces más aquello por lo que uno empezó su carrera, donde se posibilite estudiar y se favorezcan tanto las condiciones materiales –desde las aulas y la biblioteca hasta los baños– como las relaciones humanas y académicas entre estudiantes y profesores. Un lugar habitable.
Segundo, fue un momento donde nos encontramos con otros estudiantes, queriendo conocer sus preguntas, incertidumbres y esperanzas. Así, ese momento de dar el volante se hizo único y cobró un valor eterno. Nos sorprendimos de ver que sus preguntas son las nuestras y que muchos también esperan vivir la facultad como nosotros queremos.
En este último tiempo, el escepticismo que vivíamos en relación con la política se había transformado en esperanza. Después de esta semana se convirtió en urgencia: no podemos esperar a que estén en el centro o en el consejo los que queríamos o votamos para que las cosas cambien. Queremos que la facultad sea un lugar así AHORA.
La política se vuelve interesante cuando demuestra que puede hacer que las cosas cambien, más allá de quien esté de turno. Cuando demuestra que lo que yo quiero, necesito y me interesa tiene cabida. Cuando nos lanza en nuestras iniciativas. Cuando lucha no sólo por problemas nacionales y mundiales, sino antes que nada por responder a necesidades concretas que tengo yo o el que estudia conmigo. Sólo así la política puede volver a atraernos.
Terminamos la semana reconociendo: ganamos. No por tener un puesto en el consejo o alguien en el centro, sino porque nos jugamos por lo que nos interesa y esto nos dio el impulso para querer comenzar un camino que es un desafío: dejar de hablar y empezar a hacer, porque como dice T. S. Eliot en los Coros de "La Roca": “Si los hombres no edifican/ ¿cómo vivirán?”. Lo mismo se puede preguntar cada uno: ¿Si no construyo, cómo vivo?
Por ejemplo, a partir de la herida de Belleza de la que hablábamos, a uno de nosotros se le ocurrió hacer un ciclo de música clásica que empieza el miércoles. Para que todos vibren como vibramos nosotros delante de algunas obras. Esto, sin embargo, no nos basta. Nos damos cuenta de que no podemos dar respuesta a todas nuestras necesidades solos, y entonces nos juntamos con los que percibimos que tienen estas inquietudes para llevar a la acción propuestas realizables.
Por eso te proponemos empezar a SER el “centro” de estudiantes, porque éste está hoy y estará mañana, allí donde algunos estudiantes estén inquietos y usen su creatividad en pos de iniciativas realizables y, por sobre todo, que respondan a problemas concretos. El centro de estudiantes podemos ser todos los días cada uno de nosotros.
Cinthia (Letras)
Belén (Filosofía)
Nicolás (Historia)
Marcos (Letras)
Cecilia (Cs. Educación)
COMUNIÓN Y LIBERACIÓN UNIVERSITARIOS
Buenos Aires
comuniónyliberacion@gmail.com
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