Dentro de la vida, una intuición:
todo es para algo bueno
todo es para algo bueno
El primer realismo
es que la solución no puede ser un volante, sino un nuevo modo de vida que pueda construir mi persona.
Frente a la dificultad, la alternativa es
… la de buscar una solución “rápida y eficaz”. Esta opción significa violencia: imponer la solución a los otros, o quedar aprisionados en lo que el poder dicte como “verdad”, tal como lo hemos presenciado en estos días en el conflicto social con el gobierno, o en el modo en que se nos propone mirar la historia de la Universidad (sólo a partir de lo acontecido hace 90 años, con la reforma universitaria).
… o bien ser pacientes para construir –y esto implica diálogo–, ya que los hombres están definidos en verdad por otra cosa (algo Infinito), que es lo que les da su dignidad.
Para vivir intensamente la realidad,
hay que llegar a una pregunta, a una intuición que surge dentro de la vida: todo tiene un destino bueno. Esta es la postura auténticamente humana, la postura religiosa. Es Otro el que nos está llamando a algo grande.
Cómo irán las cosas,
no lo podemos saber de antemano, pero la compañía de gente que tiene esta misma pregunta nos permite estar plenamente dentro de la realidad sin escaparnos. Nos sostiene en la postura de búsqueda auténtica: ¿Qué quiere de mí el Destino con esto que pasa?
Así nacen las obras entre nosotros,
de una necesidad juzgada en compañía: desde acompañar la soledad de los ancianos hasta crear una revista universitaria; desde reunirnos en torno a la música o el ensayo de una obra de teatro, hasta adentrarnos juntos en el estudio.
COMUNIÓN Y LIBERACIÓN UNIVERSITARIOS (CLU)
comunionyliberacion@gmail.com
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