POETRIA MINOR

O "Los Poetas Menores" de El Capaneo:
un hermano menor, pero ruidoso e inquieto,
que quiere salir a jugar...


Abrimos esta sección de poetas jóvenes y desconocidos (algunos, aun para sí mismos), que decidió retoñar de las entrañas del gigante CAPANEO, alimentándose de su POETRIA MAIOR.

Poetria, para que puedan darse cita los ejercicios de creación y traducción poética de los amigos.

"Minor", como un gesto de reverencia conmovida que hacemos hacia los grandes poetas (porque reconocemos la grandeza), pero no menor en dignidad, porque surge del mismo palpitar humano del corazón.

Un seminarium, un "semillero": una escuela de poetas y traductores...
Para cuidar a los hermanos menores.


Revista Universitaria El Capaneo




Inicio de clases en la universidad

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¿Por qué recomenzar?

“Amigos míos, en el corazón de cada hombre existe el deseo de una casa. En un corazón joven existe con mayor razón el gran anhelo de una casa propia, que sea sólida, a la que no sólo se pueda volver con alegría, sino también en la que se pueda acoger con alegría a todo huésped que llegue. (…)
Esta nostalgia no es más que el deseo de una vida plena, feliz, realizada. No tengan miedo de este deseo. No lo eviten. No se desanimen a la vista de las casas que se han desplomado, de los deseos que no se han realizado, de las nostalgias que se han disipado. Dios Creador, que infunde en un corazón joven el inmenso deseo de felicidad, no lo abandona después en la ardua construcción de la casa que se llama vida.”

Benedicto XVI


La universidad es nuestra casa. Incluso en medio del caos que reina, nuestra espera original sigue presente.

Para este nuevo inicio… ¿Cuál puede ser nuestro punto de partida?


Toda la necesidad que la realidad, tal como se da, despierta en nosotros: ¿para qué realmente estudio? ¿Por qué un examen bien dado no es suficiente? El punto de partida no puede ser una idea o el pensamiento de alguien, tiene que ser un hecho, un hecho que vivamos nosotros.


Y para construir una casa, se precisa también de un método con el que verificar si la construcción avanza sobre suelo firme o no. La casa que se llama vida también tiene un método.


El método para construir nuestra casa es seguir hasta el fondo esta necesidad, comparándola con lo que sucede. Es muy simple, se llama juicio: por ejemplo, ¿podemos pasar por la universidad y sólo haber aprendido ‘opiniones’? Evidentemente no. El juicio es reconocer lo que tenemos delante, y verificar si nos corresponde. Pero no cualquier correspondencia, sino la correspondencia entendida como respuesta a nuestra necesidad en toda su amplitud original: “inmenso deseo de felicidad”, “deseo de una vida plena, feliz, realizada”.

Juzgar así es el único método que nos hace hombres. Si no lo aplicamos, o hacemos lo que nos dicte algún otro (no partiendo de hechos sino de ideas), somos esclavos de nuestras actividades: tengo que estudiar, tengo que rendir los exámenes, tengo que...

Nuestra vida se vuelve un ángulo cerrado.

Ahora, ¿cuál es nuestro juicio? Recomenzamos porque encontramos personas que valoran todo lo humano, que valoran nuestra búsqueda de la verdad, nuestra espera, sin ahorrarnos ningún trabajo, poniéndonos en la posición justa para construir. Encontramos (no pensamos) una realidad que hace de nosotros un ángulo abierto hacia el Infinito.

Por eso, no somos más inteligentes, ni nuestras circunstancias son más favorables, tampoco nos interesa sustituir a nadie: vimos una humanidad cambiada y la seguimos. Esta es nuestra inteligencia, este es nuestro método. A esto te invitamos.

COMUNIÓN Y LIBERACIÓN UNIVERSITARIOS (CLU)
comunionyliberacion@gmail.com

Para bajar el archivo (.doc):
http://www.scribd.com/doc/13147812/Juicio-Clu-09

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