"(...) Hay cierta relación entre la experiencia global de un artista, su pensamiento y su vida, y la obra que refleja esa experiencia. Esa relación es mala cuando la obra de arte presenta toda la experiencia adornada de literatura. Esa relación es buena cuando la obra de arte es una parte tallada en la experiencia, faceta de diamante cuyo brillo interior se resume sin limitarse. En el primer caso, hay sobrecarga y literatura. En el segundo, obra fecunda a causa de toda la experiencia sobreentendida cuya riqueza se adivina. El problema es adquirir ese saber vivir (haber vivido, más bien) que supera el saber escribir. Y a fin de cuentas, el gran artista es antes que nada un gran viviente (entendiéndose que vivir, aquí, es también pensar en la vida; es además esa relación sutil entre la experiencia y la conciencia que se tiene de ella)."
Camus. Carnets Intimes. Agosto 1938.