POETRIA MINOR

O "Los Poetas Menores" de El Capaneo:
un hermano menor, pero ruidoso e inquieto,
que quiere salir a jugar...


Abrimos esta sección de poetas jóvenes y desconocidos (algunos, aun para sí mismos), que decidió retoñar de las entrañas del gigante CAPANEO, alimentándose de su POETRIA MAIOR.

Poetria, para que puedan darse cita los ejercicios de creación y traducción poética de los amigos.

"Minor", como un gesto de reverencia conmovida que hacemos hacia los grandes poetas (porque reconocemos la grandeza), pero no menor en dignidad, porque surge del mismo palpitar humano del corazón.

Un seminarium, un "semillero": una escuela de poetas y traductores...
Para cuidar a los hermanos menores.


Revista Universitaria El Capaneo




U2 - No Line On The Horizon

U2: No Line On The Horizon
(La portada es una imagen del mar encontrándose con el cielo, del artista y fotógrafo japonés Hiroshi Sugimoto)


Estalla un riff de la distorsión de la guitarra de The Edge y comienza a sonar la tremenda potencia de la voz de Bono en la primera canción que lleva el nombre del reciente disco de U2, No Line On The Horizon. Con esta flamante entrega, y la incorporación de Daniel Lanois y Brian Eno en la producción, creo que estamos hablando de uno de los mejores discos históricos editados por la banda. Se trata de una producción muy cuidada y muy bien pensada artística y musicalmente. La conjunción de sonidos sónicos -que parecen querer manifestarse como un paso adelante con respecto a lo que uno escucha normalmente- esta vez se entremezcla con la deliciosa marca de reminiscencias del estilo musical de viejos himnos, al mejor estilo irlandés de la banda. “Vamos a intentar crear un nuevo sonido y entregar una obra maestra", comentaba Lanois mientras trabajaban en este álbum.



También aquí la lírica de Bono entusiasma por la profundidad, así lo vemos expresado en Magnificent , una de las canciones más interesantes del álbum.
Nací para cantar para ti,
no tenía más remedio que levantarte
y cantar cualquier canción que quisieras
Te doy mi voz de nuevo
Desde el vientre mi primer llanto, era un ruido alegre…”
En el tiempo de globalización que vivimos, y de gran sucesión de hechos dramáticos y conflictos mundiales, las palabras de Bono suenan como un taladro que penetra en la realidad y marcan un camino. Así lo expresa el estribillo en la misma canción:
“Sólo el amor, solo el amor puede dejar una marca
Pero sólo el amor, sólo el amor puede curar una cicatriz…”

Así habla Bono cuando comenta cómo surgió el título del álbum, una “imagen del infinito”. “Es como cuando vas hacia adelante, pero no estás exactamente seguro hacia donde – ese momento donde el mar y el cielo se convierten y se mezclan en uno”.
Para estos “buscadores del infinito” el futuro es prometedor.
Emiliano Kakisu

Recorrido por algunos Preludios de Rachmaninov

¿Por qué escuchar los Preludios de Rachmaninov? La respuesta habitual sería: por su belleza. Pero, ¿qué es la belleza? Algo es bello cuando es capaz de hacer vibrar mi persona por entero, es decir, cuando pone de relieve la atención hacia lo que puede en verdad satisfacerme. Es interesante escuchar los Preludios porque tocan esta altura de nuestra persona.

Don Giussani señala a propósito de estas piezas, que “la novedad del mundo existe si el hombre pertenece”. Lo que diferencia a Rachmaninov de Beethoven y Chopin es el golpe humano, la palabra dicha, “la impresión y la experiencia que se realiza escuchándolo”. Sus melodías documentan “el espesor de humanidad que lo generó”: un pueblo cristiano, relaciones concretas, rostros y cosas. La pertenencia le permitió un camino más directo a la meta. Vemos en Rachmaninov desde qué certeza y riqueza es generado el hombre singular.

Cómo define la música Rachmaninov
“La música es una calma noche de luna, un murmullo estival de hojas, un campaneo lejano en la noche. Es amor. Hermana de la música es la poesía y su madre el sufrimiento. Debe ser la suma total de las experiencias del compositor.”

Cómo define la función del Preludio
“La función no consiste en expresar un estado de ánimo, sino en inducirlo.”

Guía para la escucha
Escucharemos una selección de cinco preludios con un breve comentario intercalado, cerrando cada comentario con una pregunta surgida de la música.

1- Op. 3 no. 2. Do sostenido menor.



Este famoso preludio fue escrito por Rachmaninov a los 19 años. Se abre con tres notas, tres campanas que suenan a muerte. La melodía es de una profunda angustia, se sostiene la mirada sobre ella con insistencia. Pero el dolor que expresa no se cierra sobre sí mismo, concluye como una mirada tensa puesta en el horizonte, a la espera de una respuesta que no puede venir de nosotros. La vida es dolor (in hac lacrimarum valle como dice la Salve Regina), ¿qué puede transformarla en una fiesta?

2- Op. 23 no. 2. Si bemol mayor.



Este ciclo de preludios (Op. 23) los escribe diez años después del anterior.

En este preludio el piano recuerda también el sonido de las campanas, pero esta vez, de una irrefrenable positividad. Las notas son como un amanecer. El sol que amanece a pesar de mí, a pesar de todas las objeciones, de todos mis razonamientos. El dolor no se va, pero el sol se levanta lo mismo y todo nuestro ser pide levantarse y caminar, y levantándose presiente que también allí hay Otro presente. ¿Por qué este inicio? ¿De dónde esta positividad?

3- Op. 23 no. 5. Sol menor.



Este preludio comienza con una suerte de marcha que, como tal, no acepta interferencias, ya lo sabe todo y es bueno así. Pero una ventana se abre de par en par e irrumpe una melodía deseosa, como una noche estrellada, en donde se hace presente la espera original del hombre. El corazón del hombre quiere algo infinitamente más grande que su medida. Con todo, la marcha se retoma, más firme y altiva que nunca, redoblando su resistencia: "yo me basto solo".
Y la pregunta: ¿Pero no es más grande amar el infinito?

4- Op. 32 no. 10. Si menor.



Este ciclo de preludios se compuso diez años después que el anterior.

Este preludio, se dice, era el más querido por Rachmaninov. Expresa una nostalgia profunda por la ausencia de su patria. Patria entendida como pueblo, personas, cosas desde donde había tomado consistencia su vida, su personalidad y su identidad. La nostalgia es por algo que era su sostén. Ese lugar no está, “Tu proverai sì come sa di sale/ lo pane altrui, e come è duro calle/ lo scendere e 'l salir per l'altrui scale.”, tú gustarás cuán sálado es el pan ajeno, y cuán cansador es subir y bajar por escaleras ajenas (Par. XVII, 58-60). ¿Dónde podré encontrar descanso?

5- Op. 32 no. 13. Re bemol mayor.



Tres notas abren este preludio, tal como veinte años antes sucedía con el primero que escuchamos. Pero estas tres notas ascienden, son campanas que anuncian una buena noticia. Noticia que va tomando cuerpo lentamente, noticia que se enfrenta con la incertidumbre -¿es posible?-, y luego se abre en toda su fuerza: es una fiesta para todos, en la que pueden participar todos.
¿Qué puede ser capaz de darle a la vida humana una alegría así?

Las preguntas las deberá contestar cada uno. Pregunta que también se hizo Gregorio Nacianceno:
“¿Qué diferencia hay, oh Señor, entre el animal y yo? Ninguna, porque nazco como un animal, gimo, sufro, tengo sed, tengo hijos y muero como cualquier animal. Si no fuera tuyo, oh Cristo, sería criatura finita.”

Patricio Perkins

Inicio de clases en la universidad

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¿Por qué recomenzar?

“Amigos míos, en el corazón de cada hombre existe el deseo de una casa. En un corazón joven existe con mayor razón el gran anhelo de una casa propia, que sea sólida, a la que no sólo se pueda volver con alegría, sino también en la que se pueda acoger con alegría a todo huésped que llegue. (…)
Esta nostalgia no es más que el deseo de una vida plena, feliz, realizada. No tengan miedo de este deseo. No lo eviten. No se desanimen a la vista de las casas que se han desplomado, de los deseos que no se han realizado, de las nostalgias que se han disipado. Dios Creador, que infunde en un corazón joven el inmenso deseo de felicidad, no lo abandona después en la ardua construcción de la casa que se llama vida.”

Benedicto XVI


La universidad es nuestra casa. Incluso en medio del caos que reina, nuestra espera original sigue presente.

Para este nuevo inicio… ¿Cuál puede ser nuestro punto de partida?


Toda la necesidad que la realidad, tal como se da, despierta en nosotros: ¿para qué realmente estudio? ¿Por qué un examen bien dado no es suficiente? El punto de partida no puede ser una idea o el pensamiento de alguien, tiene que ser un hecho, un hecho que vivamos nosotros.


Y para construir una casa, se precisa también de un método con el que verificar si la construcción avanza sobre suelo firme o no. La casa que se llama vida también tiene un método.


El método para construir nuestra casa es seguir hasta el fondo esta necesidad, comparándola con lo que sucede. Es muy simple, se llama juicio: por ejemplo, ¿podemos pasar por la universidad y sólo haber aprendido ‘opiniones’? Evidentemente no. El juicio es reconocer lo que tenemos delante, y verificar si nos corresponde. Pero no cualquier correspondencia, sino la correspondencia entendida como respuesta a nuestra necesidad en toda su amplitud original: “inmenso deseo de felicidad”, “deseo de una vida plena, feliz, realizada”.

Juzgar así es el único método que nos hace hombres. Si no lo aplicamos, o hacemos lo que nos dicte algún otro (no partiendo de hechos sino de ideas), somos esclavos de nuestras actividades: tengo que estudiar, tengo que rendir los exámenes, tengo que...

Nuestra vida se vuelve un ángulo cerrado.

Ahora, ¿cuál es nuestro juicio? Recomenzamos porque encontramos personas que valoran todo lo humano, que valoran nuestra búsqueda de la verdad, nuestra espera, sin ahorrarnos ningún trabajo, poniéndonos en la posición justa para construir. Encontramos (no pensamos) una realidad que hace de nosotros un ángulo abierto hacia el Infinito.

Por eso, no somos más inteligentes, ni nuestras circunstancias son más favorables, tampoco nos interesa sustituir a nadie: vimos una humanidad cambiada y la seguimos. Esta es nuestra inteligencia, este es nuestro método. A esto te invitamos.

COMUNIÓN Y LIBERACIÓN UNIVERSITARIOS (CLU)
comunionyliberacion@gmail.com

Para bajar el archivo (.doc):
http://www.scribd.com/doc/13147812/Juicio-Clu-09

Manifiesto: «NECESITARÍAMOS UNA CARICIA DEL NAZARENO»

ELUANA ENGLARO

«La existencia es un espacio que se nos regala y que debemos llenar de sentido, siempre y en cualquier caso» (entrevista a Enzo Jannacci, médico y cantautor, publicada en el Corriere della sera del 6 de febrero de 2009).
¿Acaso una vida como la de Eluana se puede llenar de sentido? ¿Lo sigue teniendo ahora?
La muerte de Eluana no ha acallado estos interrogantes. Al contrario. No se ha acabado todo con el fracaso de quienes tenían la esperanza de que siguiera viviendo, o con la liberación de quienes no aguantaban su situación. El reto, ahora, se hace más radical para todos.
Su muerte es como un aguijón que nos interpela a cada uno de nosotros: ¿cómo hemos contribuido a colmar su vida de significado?, ¿cómo hemos acompañado a los que han sufrido más directamente su situación, empezando por su padre?

Cuando la realidad nos pone a prueba, nuestras medidas no son capaces de proporcionarnos ese sentido que, sin embargo, necesitamos para seguir adelante. Y es, sobre todo, frente a circunstancias dolorosas e injustas, que no parecen destinadas a cambiar o solucionarse, cuando surge la pregunta: ¿qué sentido tienen?
Si nos quedamos atrapados en nuestra razón reducida a medida, incapaz de sostener el impacto de la contradicción, crece la sensación de vacío. Lo cual nos aterra y nos deja solos con nuestra impotencia y con la sospecha de que, en el fondo, todo acaba en la nada.

¿Acaso podemos “llenar de sentido” una vida cuando nos encontramos frente a una persona como Eluana? ¿Podemos soportar el sufrimiento cuando supera nuestra medida? Imposible por nosotros mismos. Necesitamos contar con la presencia de alguien que viva con un sentido pleno esa vida que nosotros mismos vivimos a menudo como un vacío demoledor.

Ni siquiera a Cristo se le ahorró el dolor y el mal, e incluso la muerte. ¿En qué fue distinto de nosotros? ¿En que fue mejor? ¿En que tuvo más energía moral? No sólo. Tan es así que, en el momento supremo de la prueba, pidió ser librado de la cruz. En Cristo fue derrotada la sospecha de que la vida fuese, en último término, un fracaso, porque en él venció la relación con el Padre.
Benedicto XVI ha recordado que «el ser humano necesita un amor incondicionado. Necesita esa certeza que le hace decir: “Ni muerte, ni vida… podrá apartarnos del amor de Dios, manifestado en Cristo Jesús” (Rm 8,38-39). Si existe este amor absoluto con su certeza absoluta, entonces –sólo entonces– el hombre es “redimido”, suceda lo que suceda en su caso particular» (Spe salvi 26).

La presencia de Cristo es el único hecho que puede dar sentido al dolor y a la injusticia. Reconocer el bien que vence toda soledad y violencia es posible gracias al encuentro con personas que testimonian que la vida vale más que la enfermedad y la muerte. Para Eluana estas personas han sido las religiosas que la han cuidado durante tantos años, porque –como ha dicho Jannacci–, también hoy «necesitaríamos una caricia del Nazareno, ¡necesitaríamos tanto una caricia suya!». La caricia de aquel hombre que hace dos mil años, dirigiéndose a la viuda de Nain, le dijo: «Mujer, ¡no llores!».

10 de febrero de 2009
Comunión y Liberación
(Este manifiesto fue repartido como volante el 2 de marzo, en la Facultad de Medicina, Universidad de Buenos Aires)