POETRIA MINOR

O "Los Poetas Menores" de El Capaneo:
un hermano menor, pero ruidoso e inquieto,
que quiere salir a jugar...


Abrimos esta sección de poetas jóvenes y desconocidos (algunos, aun para sí mismos), que decidió retoñar de las entrañas del gigante CAPANEO, alimentándose de su POETRIA MAIOR.

Poetria, para que puedan darse cita los ejercicios de creación y traducción poética de los amigos.

"Minor", como un gesto de reverencia conmovida que hacemos hacia los grandes poetas (porque reconocemos la grandeza), pero no menor en dignidad, porque surge del mismo palpitar humano del corazón.

Un seminarium, un "semillero": una escuela de poetas y traductores...
Para cuidar a los hermanos menores.


Revista Universitaria El Capaneo




"Nosotros vamos a la caritativa para aprender a amar"

Fotos de la caritativa de CL Universitarios de La Plata
























"La palabra 'caridad' indica la naturaleza misma de Dios y, por tanto, desvela la naturaleza de todas las acciones que Dios realiza y de las relaciones que Dios establece: tierna comunicación de sí mismo, da el ser a todo, con conmoción. [...] 'Sed misericordiosos como el Padre que está en los cielos es misericordioso'. La perfección es esta conmoción en acto por las necesidades del hombre: necesidad de felicidad y de ser; de felicidad y de destino; de ser, de destino, de felicidad".

(Luigi Giussani, 1996. ¿Se puede vivir así?, cap. "La caridad", pp.244-245)

Song to Woody (Dylan)


I’m out here a thousand miles from my home

Walkin’ a road other men have gone down
I’m seein’ your world of people and things
Your paupers and peasants and princes and kings


Estoy aquí a mil millas de mi hogar

Por un camino que otros hombres recorrieron

Veo un mundo de personas y cosas

Tus pobres y labradores y príncipes y reyes

Hey, hey, Woody Guthrie, I wrote you a song
’Bout a funny ol’ world that’s a-comin’ along
Seems sick an’ it’s hungry, it’s tired an’ it’s torn
It looks like it’s a-dyin’ an’ it’s hardly been born


Hey, Hey, Woody Guthrie, te escribí una canción

sobre un viejo mundo curioso que se viene

parece enfermo y está hambriento, está cansado y desgarrado

parece que está muriendo y apenas nació

Hey, Woody Guthrie, but I know that you know
All the things that I’m a-sayin’ an’ a-many times more
I’m a-singin’ you the song, but I can’t sing enough
’Cause there’s not many men that done the things that you’ve done


Hey, Woody Guthrie, pero sé que vos sabés

todas las cosas que estoy diciendo y muchas más

Te canto la canción, pero sé que no puedo cantar lo suficiente

porque no hay muchos hombres que hayan hecho las cosas que vos hiciste

Here’s to Cisco an’ Sonny an’ Leadbelly too
An’ to all the good people that traveled with you
Here’s to the hearts and the hands of the men
That come with the dust and are gone with the wind


Esta es por Cisco y Sonny y Leadbelly también

y por todas las buenas gentes que viajaron con vos

Por los corazones y las manos de los hombres

que vinieron con el polvo y se fueron con el viento

I’m a-leavin’ tomorrow, but I could leave today
Somewhere down the road someday
The very last thing that I’d want to do
Is to say I’ve been hittin’ some hard travelin’ too


Parto mañana, pero podría partir hoy

a algún lugar por el camino algún día

la última cosa que quisiese hacer

es decir que yo también la estuve pasando mal viajando.



En su primer disco, Dylan hace 13 temas, casi todos versiones de canciones tradicionales o de otros, excepto dos, uno de ellos es este. Probablemente tuviese otros temas suyos –así lo dice él mismo en el documental No direction home–, pero eligió este para incluir en su primera grabación.


Tenía 21 años. ¡La conmoción que debía vivir: solo 21 años y tenía la oportunidad de grabar para Columbia Records! ¡La tensión que sentiría al elegir las canciones! Primer disco, quién sabe, quizás no grabase nunca más para una discográfica de la talla de Columbia. No existía todavía “Blowing in the wind” o “Like a Rolling Stone”, nadie lo conocía y tal vez nadie lo fuese a conocer al día siguiente fuera de los bares de Greenwich.


Primer disco, quizás el último, quién sabe. Y de las dos canciones suyas, una, esta, es un agradecimiento de corazón a su maestro, Woody Guthrie. Estaba agradecido por alguien, agradecido de haberlo encontrado, agradecido de que existiera, agradecido por sus canciones que según él “tenían un lance infinito de humanidad en ellas”.


¡El amor por encontrar un amigo! El cariño a una compañía para este camino hacia un hogar –”Estoy aquí fuera, a mil millas de mi hogar”–. Cuentan amigos de Dylan, que en esa época un fin de semana en que ellos se habían ido de su casa y Dylan había quedado allí sólo, llegó a robarles discos de Woody y escapó a toda velocidad. Los discos eran difíciles de conseguir y Dylan necesitaba escucharlos. Una compañía, sin embargo, frágil, de la que no somos dueños, “que viene con el polvo y se va con el viento”. Una compañía nuestra, pero que no nos pertenece. Se comprende la fragilidad, Dylan sabía que Woody estaba muriendo poco a poco y pronto no estaría más. Lo fue a visitar en esos años antes de grabar el disco. Estaba en un asilo, sólo. Le pidió a Dylan que le tocase algunos temas. ¿Cómo no sentir la fragilidad, la tristeza, la necesidad de cantar esa irremediable tristeza llena de afecto hacia su maestro, hacia su amigo? Si no se llora por los amigos que se van, di che pianger suoli, ¿con qué cosas llorás?


En la búsqueda de un hogar, en este mundo “que parece enfermo y está hambriento, que está cansado y desgarrado, que parece que está muriendo y apenas nació”, Dylan había encontrado un amigo de camino. Y en su primer disco, quién sabe, quizás el último, le cantó su agradecimiento: “Te canto una canción, pero sé que no canto lo suficiente, porque no muchos hombres han hecho lo que vos hiciste”.


La conmoción de encontrar alguien que vibre con las preguntas que yo vibro, que me ayude a decirlas, que me dé una melodía con la cual cantarlas, con el que puedo decir: no soy sólo yo el que siente las cosas así. Un punto desde el que poder empezar. ¡Qué difícil es empezar! Expertus potest credere, dice un antiguo himno medieval, sabe, quien hizo la experiencia.


"Barioná, el hijo del Trueno" de J.-P. Sartre

Puesta en escena en el Teatro El Globo (Buenos Aires, 21 de abril de 2010),

por el Grupo de Teatro "Les Amateurs". Directora: Nancy Fernández

Episodio del anuncio y canto festivo de los pastores







Invitación del Centro Cultural Charles Péguy

http://centroculturalcharlespeguy.org/2010/03/25/bariona-el-hijo-del-trueno/